
Poemas y otros escritos
Lo que busco en tu boca
Más que el aliento frutal o que las mieles que emanan de tu lengua, lo que busco en tu boca es una tregua, una pausa, un respiro, una burbuja de paz, una armadura, un cuarto secreto o una cámara oscura que silencie el perenne sollozo de un torpe dragón que unas veces te calienta y otras te quema con su amor.
"Cuando me llamó perra, lo mordí". Brevísimo cuento de Francini y Luchy Placencia.
¿Para qué tormenta?
¿Para qué tormenta?
si no lluevo contigo;
no me germina
el agua de tu cuerpo
ni convierte en delta vivo
esta aridez quemante.
¿Para qué tormenta?
si los destellos en tu cielo
no iluminan mi alma;
no me infunden aliento
tus ráfagas de viento
ni sabremos qué hacer,
cuando lloviendo afuera
escampe adentro y duela
tanta humedad desperdiciada.
Remedios y vacunas

excepto la distancia en besos
entre tu quinta vértebra lumbar
y el huesito de mi contentura.
Afuera, las sirenas ululan locamente,
los desesperados reclaman auxilio
y el coronavirus decide quién resiste,
enferma o es atrapado por la muerte.
Ven, juguemos a que el amor
atonta y engaña al muertovivo,
impidiéndole reconocer su muesca
en las aristas de los cuerpos rotos.
Que arda la puta realidad, mientras
te sumerges en el río de mi lengua
y los cerebros navegan risueños
por una intensa fantasía en 3D.
Encuerémonos deprisa en el segundo
arropado por la máscara del miedo,
y besémonos con refinada alevosía,
ahora que todos ocultan sus bocas.
Con locura de tambor, hambre de aire,
sed, sudor e hirviente sangre trémula,
gocémonos hasta que nadie
llore la felicidad como nosotros.
Que son mis pezones en tu espalda
y las somnolientas sonrisas postormenta,
los mejores remedios y vacunas
contra toda clase de virus y pandemias.